Como no hay corriente, no hay alumbrado público en las
calles. Oscurece muy temprano, a eso de las 6 ya es completamente de noche,
pero todavía hay mucha gente en la calle. Y se hace entonces muy peligroso
andar en auto, esquivando los pozos que las calles tienen en general y la gente
caminando por las calles, porque las veredas son inexistentes y es muy factible
atropellar a alguien. Y luego, a eso de las 8 ya no hay nadie. Ni un auto, ni
una persona y sin luz. Y esto le da un aspecto de ciudad evacuada, de
desolación, de emergencia. Es muy rara la sensación. Es como andar por el
campo, con las luces del auto abriendo visión, sin embargo, en plena ciudad.
Entonces, es natural entender que no hay carteles luminosos
(ni iluminados) en Haití: por un lado, porque no hay electricidad y por el otro, porque de
noche, simplemente no hay quién los mire. Así, los carteles son carteles
diríamos “secos”. Directamente en la pared del local, las letras hechas a mano,
a veces con moldes, a veces se nota que están hechas por un profesional
letrista y muchas veces, como se puede.
Entonces rienda suelta al artista, que siempre pone de su
creatividad en los colores, la distribución del espacio y la “decoración” ad
hoc del comercio.
¡Casi toda la publicidad hecha a mano! ¡Casi todos los
letreros! Y no falta el anuncio. He visto en medio de la selva, una casillita
de chapa de 1X1X2 m bien decorada, vendiendo lotería, quiniela o “lotto” (que
juega con los números de la lotería de Nueva York). Y todos los comercios
tienen su nombre, muchísimos tienen que ver con dios, tal vez sea simplemente
el nombre del propietario.
Y entre las 18 y las 20, que es el período que ya es de
noche y que todavía hay gente en la calle, estos negocitos tienen una vela
prendida por toda iluminación.
Pero los carteles que se llevan todas las palmas, la medalla
y el aplauso son las peluquerías, aquí llamadas “Barber shop”. Decoradas con
rostros de modelos, dibujados a mano, copiados seguramente de una revista de
peinados, con lo difícil que es dibujar una cara, los ojos, la nariz, las
proporciones (lo dice alguien que es incapaz de dibujar una casita), se lanzan
porque no sería un salón de belleza sin el, (o la) modelo en la entrada. Los
brillos del cabello, las barbas recortadas, las miradas de ganador o de seductora…
fijadas para siempre en una pared de Haití.
La propaganda política, también se hace a mano. Rebosa
Pétion-Ville de caras del presidente Martelly, algunas veces mejores que otras.
Y el fanatismo futbolero. Aman a Messi y lo dibujan por todos lados, ¡a veces
muy feo! Banderas de Brasil y de Argentina. En las paredes y en los tap-tap.
Y también están los comercios que ni me imaginaba que podían
existir, como las morgues privadas que abundan, porque el negocio de la muerte
también aquí existe. Y la pobreza es tal, que frecuentemente pasa que no tienen
para comprar un féretro al difunto o la misa y el entierro, entonces los
guardan hasta que reúnan lo suficiente, en las morgues privadas (a la vista
parecen casas comunes, dudaría que tengan heladeras de refrigeración). Pero
ese, es un capítulo aparte.
Aquí, una probadita de esos rostros...Dibujitos de ropa para la tintorería. Una modelo en el salón de belleza. |
Messi, muy desfavorecido. Ojos extraviados (pero se lo ve contento) |
Este peinado es como una joroba en la cabeza. |
Esta es mi preferida. No sé si se destiñó o son los brillos que le quisieron poner en el pelo y la boca. |
Probablemente tenga bocio y acromegalia. |
Un instituto de formación de secretarias. La mano es rara... |
El presidente Martely, bastante parecido. |
La mano al lado de la muchacha indica "manicuría". |
No me doy cuenta si es una chica o un varón tipo Bob Marley. |
BARBER SHOP! El muchacho tiene quijada de hamster y ella es muy rara. Al lado un angelito con una celulitis tremenda, de una capilla que vende féretros y alquila sillas y ambulancias.
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