Es bien conocido por todos que los culos de los negros son una cosa a comentar.
Me he puesto a observar, dada la cantidad de personas negras que puedo ver estando en Haití, algunos detalles de esta partes de los cuerpos. Primero, decir que los cuerpos haitianos son delgados y esbeltos, en general son relativamente altos (me da la impresión que miden más del 1,65 m). Las mujeres son de una belleza envidiable, cuellos largos, troncos estrechos y piernas como el obelisco. Los varones parecen ser de otra etnia, son más toscos, menos gráciles y mucho menos arreglados. Pero esas nalgas….
Seguramente la genética tiene una buena cuota de responsabilidad. Generosos músculos glúteos mayor, mediano y menor ciertamente están presentes. Pero mirando y mirando, se ve que también es una cuestión de postura: caminan derechos, muy recto el torso al grado que les pone en una postura como de sacar pecho, los hombros un poco para atrás, (lo que hace que ellas caminen como gacelas), recto, recto hasta llegar a las lumbares donde se produce un quiebre espectacular (nada tiene que ver la terminación de la palabra) de toda la zona sacra hacia atrás. No hay haitianos jorobados, claro que tampoco hay haitianos viejos, ¡la esperanza de vida no supera los 62 años!
Todo esto tiene que ver, estoy segura, con los bultos que llevan en sus cabezas desde hace cientos de generaciones o desde toda la historia. Inmensas bolsas de lona cargadas con cualquier cosa: pan, papas, bananas, zapatos, carbón, lo que sea. Y así hacen kilómetros por esos caminos que además son tan empinados que si no se tienen esos glúteos no se pueden subir ni bajar.
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